Hoy he querido publicar estas fotos haciendo honor a la belleza que nos brinda la naturaleza.
Es en otoño cuando esa belleza se intensifica debido a fenómenos naturales y meteorológicos. Aquí, en esta tierra, siempre tiramos hacia el monte tentados por el colorido de los árboles o a la búsqueda (últimamente masiva) de hongos y setas.
Miremos también al cielo que a veces se decide por sus atardeceres de fuego y otras por nubarrones negros.
El mar/la mar muestra toda su bravura en esta época. Estos dos últimos días en la costa cantábrica hemos visto olas de 12 metros embistiendo contra las rocas y los paseos marítimos e incluso mar adentro han medido una ola de 16,75 mts. (un tsunami pequeño). Ayer por la tarde pude presenciar el impresionante oleaje junto a otra mucha gente que, al igual que yo, estábamos boquiabiertos por el espectáculo que el Mar Cantábrico nos ofrecía. Peligroso porque se ha cobrado dos vidas y hay una persona desaparecida y, a la vez una verdadera maravilla.
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